No podía tener bebés, tuve dos pérdidas y problemas en mi útero, el Pastor me entregó una palabra del Señor que decía que mi vientre era sanado y vendría un Salomón, un hijo que nos llenaría de Paz. Hoy tengo 2 hijos.

Doy testimonio de la restauración que Dios ha obrado en mi matrimonio y en mi familia. En medio de las dificultades, Él ha demostrado su poder y su gracia, mostrándome que para Él no hay nada imposible.

Mi esposo se quemó los pies y estuvo postrado en cama, durante ese tiempo presencié la mano de Dios de una manera sorprendente. El dinero alcanzo para cubrir las necesidades básicas, pude seguir diezmando, pagar el arriendo, saldar la deuda de la operación de mi padre en Venezuela y cubrir los gastos de alimentos, agua y luz.

Por años estuve atado a las drogas y otros vicios, hasta que un domingo, pasando por fuera del templo, fui atraído y entré; en ese momento llegué a los pies del Señor Jesucristo. Desde ese día, no probé más nunca nada de eso. El Señor restauró mi familia y ahora gozo de un hermoso hogar donde reina mi Señor Jesucristo.